En la Escuela de Masaje Facial Japonés, nuestra máxima preocupación es enseñar a nuestros alumnos a lograr una habilidad manual y de conceptos que le permitan que el tacto se convierta en una experiencia para sus clientes.
Es por ello que insistimos en la escucha activa para poder modificar el tacto según las reacciones instantáneas que se van produciendo a medida que el masaje avanza, en función de lo que queremos producir.
También tenemos como ayuda unas reglas que proceden de la teoría de los cinco elementos, de la Medicina Tradicional China. Según la MTC, cada persona puede encuadrarse en uno de los cinco elementos (aunque también es verdad que esto varía en función de la edad y otros factores). Y cada uno de los elementos necesita un tipo de masaje y de contacto un poco diferente. De ahí que el mismo masaje a una persona le maravilla y a otra persona o le resulta indiferente o directamente desagradable.
Fuego.
El elemento fuego es alegre y necesita activar sus cualidades de alegría y creatividad; de ahí que los fuego necesitan un masaje más bien suave, creativo y algo sorpresivo.
Madera.
Las personas Maderas, algo obstinadas, controladoras y organizadas, necesitan un masaje metódico, pero con cierta dosis de sorpresa para no aburrirse. Los estiramientos le encantan.
Tierra.
Las necesidades de equilibrio, paz, amor y cariño deben materializarse con mucho contacto, con muchas pasadas como si fuesen caricias.
Metal.
El Metal, necesita espacio, por lo tanto, daremos distancia para que no sientan que se invade su espacio. Es diametralmente opuesto a la Tierra.
Agua.
El Agua es el elemento base, es profundo; de ahí que una dinámica lenta, y gradualmente profunda sea la más adecuada.
Deja una respuesta