En el Masaje Facial Japonés, se le concede una importancia capital a la relajación y soltura de la región cervical. Es por ello que en cada nivel se enseñan técnicas tendentes a ese fin.
El resultado es, de un lado, la sensación de liberación, de descompresión y que ha desaparecido un gran peso; se redescubre la movilidad y soltura del cuello, sin tantas rigideces, percepción del límite al movimiento, cuando no simplemente dolor.
Además, la desaparición de tan desagradable sensación provoca también una descongestión de los músculos faciales, relajación y dulcificación de la expresión, reflejándose en una capacidad expresiva de mayor serenidad y paz interna.
La disminución progresiva de la tensión muscular facilita la circulación sanguínea y la circulación linfática; es por ello que aumenta el brillo de la piel al lograrse una mejor nutrición y oxigenación celular.
Todo esto se logra mediante distintos tipos de trabajos, lo cual lo hace apto para todo el mundo:
- Técnicas de shiatsu cervical.
- Técnicas de movilización.
- Técnicas de estiramientos.
- Técnicas de amasamiento.
Todas ellas, debidamente realizadas, son las encargadas de iniciar el Masaje Facial Japonés, que, a modo de entrada, van contribuyendo a deslizar nuestra conciencia a un estado casi hipnótico de profunda relajación.
Deja una respuesta