La tecnología poco a poco nos permite tener consumos totalmente personalizados; la televisión ya no se limita a una parrilla con un horario inflexible, existen plataformas que facilitan poder ver nuestros programas favoritos a la hora y día que mejor nos vienen. Los programas informáticos, procuran realizar mediciones de nuestros hábitos para realizar publicidad más en la línea de nuestros gustos.
Muchas empresas van en la línea de la personalización; ir más allá de los hábitos de consumos y entrar en el orden del gusto personal para realizar una oferta lo más individualizada posible.
Pero, aunque sea un concepto que parece estar ligado a la tecnología, en realidad es muy antiguo.
El Masaje Facial Japonés es un procedimiento manual que huye del estereotipo y la rutina, se adapta al estado de cada persona. Las manos, a la vez que se mueven, van descubriendo tensiones, molestias, desarmonías y cambiarán su intensidad, su frecuencia ajustándose a cada variación, convirtiendo cada sesión de Masaje Facial Japonés en una experiencia sensorial única e irrepetible. Es por eso que su enseñanza se realiza procurando transmitir las variaciones que cada persona puede sentir, las diferencias entre una y otra, huyendo, por tanto, de protocolos utilizados para todos por igual, explotando las variaciones y ajustándose al máximo para ser un masaje absolutamente personal.
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