¿A qué nos referimos cuando decimos unión de mente y cuerpo?
Muchas veces, entre los efectos positivos de los masajes, hablamos de la unión de cuerpo y mente. Es verdad que durante nuestra vida, nos dedicamos a actividades más aparentemente corporales o a otras más aparentemente mentales.
Pero sucede que nuestro cuerpo es el hilo conductor de las constantes sensaciones que percibimos. Sensaciones que nos provocan emociones y sentimientos. De ahí que nos encontremos con consecuencias musculares de emociones y sentimientos repetidos y profundos. Cualquier masajista en algún momento se ha encontrado con una reacción emocional en forma de risa compulsiva o llanto desconsolado, con tan sólo el contacto y la liberación de la tensión muscular. Es entonces cuando hablamos de liberación emocional.
La emoción y el sentimiento, al igual que las percepciones son constructos mentales; pero se originan en el cuerpo. Los sentidos son nuestros vasos comunicantes con el entorno. Una de las funciones biológicas de la emoción es procurar una homeostasis tendente a procurarnos evitar un peligro, subsistir, y también mejorar nuestra calidad de vida.
El ser humano, durante su evolución, ha procurado con bastante eficacia resolver cuantos problemas se le ha ido planteando. Para ello, las emociones y los sentimientos han contribuido de una forma muy eficaz.
En el Masaje Facial Japonés, tan de moda hoy en día por su evidente efecto sobre la estética, buscamos algo mucho más profundo. Convencidos y confiados en su eficacia, procuramos proporcionar una sensación de profunda relajación y ligereza muscular, lo cual contribuirá a crear una emoción más o menos profunda, pero emoción, al fin y al cabo, de tranquilidad, seguridad, confianza y en no pocos casos, de felicidad.
Cada vez que lo logramos, hemos sido capaces de volver a unir el cuerpo y la mente, puesto que esas sensaciones se perciben de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro.
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