El Masaje Facial Japonés, no es sólo una serie de técnicas de manipulación. Es una forma de contacto, una forma de escucha, una forma de expresión.
El propósito va mucho más allá del simple bienestar y la belleza. Es un dardo que se dirige hacia lo más profundo de las emociones.
Lo que se persigue es aunar varios elementos que se combinan y el tacto aglutina de forma que la persona que lo recibe se siente exultante, feliz.
En definitiva, el Masaje Facial Japonés, por más extraño que parezca, más que un masaje facial es y debe ser un auténtico masaje para el alma.
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