Introducción
Desde el momento de nuestro nacimiento, hasta el justo instante en que morimos, respiramos.
Junto a la actividad cardíaca, creo que la de los pulmones (y los músculos encargados de la respiración), es la que no se toma ni un día de descanso, ni un momento de respiro, valga la redundancia.
Sobre la respiración hay un auténtico océano de tinta negra en los libros; y si hacemos una búsqueda en youtube, la de ejercicios que hay son una barbaridad.
Pero, como siempre, no quiero dar una conferencia exhaustiva sobre la respiración, función, fisiología, sino hacer un recorrido subjetivo, como siempre hago en estos podcast, en los que hablo de mi relación con cada tema.
La respiración tiene una cosa y es que sin ella no vivimos, nos morimos y rápidamente. Por eso todo lo que se puede decir, siempre habrá de ser teniendo en cuenta su función vital, que no es poca cosa.
Y, claro, es por ello que cada cultura se haya fijado en la respiración y la haya dotado de características que van mucho más allá de la función vital, aunque ligada a ella.
Al principio
En la cultura cristiana, la creación de Adán fue una cosa curiosa. Dios hizo la figura y una vez la terminó, le insufló el aliento de vida. Y en ese momento cobró vida.
Eso me recuerda a una historia que me contaron de pequeño, que seguro, si te has criado en un entorno cristiano, lo habrás escuchado. Jesucristo, de pequeño hizo 12 figuras de arcilla, eran pájaros. Y con su aliento les dio vida y los 12 pájaros salieron volando.
En china
En la cultura china, el origen del concepto Chi, que lo veo traducido, por lo general, como energía, era respiración, hálito vital. Fíjate que en Japón, cuya tradición médica es absolutamente heredera de la china, tienen el Ki. Lo digo porque cuando yo era joven, hice kárate, que tiene el kiai. El kiai es algo así como liberación de la energía; pero se libera mediante un grito. En el momento de un golpe que necesita mayor energía, el combatiente se ayuda de un grito que le permite golpear con más fuerza. No sé, tal vez el mecanismo sea casi igual al que emplea Nadal cuando golpea la bola. ¿No te has dado cuenta de la cantidad de grititos y sonidos de la voz que emite Nadal? Bueno, no es el único tenista que recurre a eso.
Es curioso, porque una de las funciones de la laringe es la de regulación de esfuerzos. Es fácil de ver: cuando tenemos que empujar algo pesado, cerramos por dentro la glotis (la garganta) y así, reteniendo el aire en nuestro interior es como si nos apoyáramos en algo y fuese más fácil el empuje. Bueno, empujar un piano… ¡Cuando vamos al baño y nos cuesta….! Ahí se ve muy claramente. Y a modo de curiosidad, te diré que una mujer que ha sido sometida a una laringectomía, no puede parir. Claro, no puede empujar para que salga la criatura. Cuidado, puede tener niños, pero por cesárea.
En la India
En la india, en el ayurveda, es el prana. Estoy pensando en el yoga y la de ejercicios de respiración que tiene es abrumador.
De hecho, muchos se han traído a disciplinas occidentales, manteniendo casi intacta la forma en que se utiliza en el Yoga. Aunque también es verdad que tipos y estilos de yoga… Vamos, para dar y regalar.
Pero fíjate, que prana, que es una palabra del sánscrito y que significa aliento o aire inspirado. Sin embargo, está sufriendo la misma evolución, puesto que muchos la traducen como energía.
Mi abuela
Y cuando hablo de la respiración, siempre pienso en mi abuela. Bueno, vamos a centrar un poco, para justificar que hable de ella.
Cuando tenemos una preocupación, todo nuestro cuerpo se altera. También la respiración, que se acelera, y sentimos opresión en el pecho, en el estómago; e incluso podemos sentir cómo se cierra la garganta.
Y para eso están los suspiros. De hecho cuando vemos a una persona que suspira, pensamos que algo le pasa, algo no positivo, precisamente. En mi caso, que soy muy suspirón, no es así, no necesariamente tiene que pasarme nada malo para suspirar.
Y aquí viene mi abuela; porque ella decía que un buen suspiro echa pa fuera toas las miasmas.
Y nunca he sabido qué era eso de las miasmas; siempre decía que la sola palabra ya te sugería que era de todo menos bueno.
Pero he mirado en San Google. Y me he encontrado con algo… ¡Cómo son las abuelas!
Resulta que Thomas Sydenman Y Giovanni María Lancisi, que vivieron en el siglo XVII formularon la teoría miasmática de la enfermedad, según la cual las miasmas eran el conjunto de emanaciones fétidas de suelos y aguas impuras y que eran la causa de la enfermedad. Obviamente, con el descubrimiento de los microbios esta teoría se vino abajo. Pero ese concepto de efluvios contaminados, dentro de nuestro organismo, es fantástico porque cuando tenemos preocupaciones, viene como anillo al dedo. Y lo de echar pafuera todas las miasmas, es maravillosa. Porque con un suspiro nos sentimos mejor.
El diafragma
Lo cierto es que el suspiro, ahora que sabemos que la teoría miasmática no se ajusta a la realidad, sí que se ajusta a algo que nos hace sentir muy bien, aunque sea poco tiempo.
Verás, supongo que sabes del diafragma, ese músculo que separa las vísceras superiores de las inferiores, que está constantemente en movimiento a un ritmo medio de 12 contracciones por minutos. Y es muy difícil de relajar. La forma más directa y rápida es mediante el suspiro. Cuando suspiras, se relaja. Así que ya sabes: no esperes a sentir agobio para suspirar.
Y es que la respiración y todo lo que se relaciona con ella, da para mucho.
Fíjate que las funciones de la respiración son unas pocas. Pero lo voy a exponer más simple. Podemos usar la respiración para:
Relajar
Aumentar la capacidad pulmonar
Conseguir una mayor concentración mental
Para la voz y el habla
Para alcalinizar la sangre.
Además, una cosa curiosa es que la actividad de los músculos viscerales, no son voluntarias, es decir que van a su rollo.
El corazón, es un ejemplo.
O los intestinos; no es posible detener un movimiento peristáltico, no importa que nos pille en la calle o donde sea. Sentimos esa opresión en la barriga, que puede llegar a ser casi dolorosa y no hay alivio hasta que no conseguimos llegar al retrete.
Y la respiración, también es involuntaria, no podemos hacer nada con ella.
O sí…
Bueno, no directamente, pero sí indirectamente: el caso es que podemos influir en la respiración gracias a la musculatura de la caja torácica, que sí es musculatura estriada y por tanto voluntaria. Gracias a ello podemos modificar el ritmo y profundidad de la respiración. Gracias a ello podemos influir un poco en el ritmo cardíaco, algo en la presión arterial y ligeramente en el peristáltico.
Respiración y masaje facial japonés
Realmente en pocos masajes se hace referencia en la respiración; más bien es cosa de la experiencia y conocimiento del masajista que te puede proponer respirar de una u otra forma,
Y el masaje facial japonés no es una excepción. Una vez que la persona está en la camilla, nuestro propósito es relajarla lo más posible; en ese sentido son las maniobras las que operan esa sensación.
No obstante, yo, personalmente, en los momentos iniciales; y si veo que no se relajan, les pido que den un suspiro.
¿Problema? Que pocas personas saben suspirar. O sí, pero observan poco o nada el suspiro espontáneo y lo que hacen es controlar tanto la inhalación como la exhalación, perdiendo la capacidad relajante del suspiro.
En la respiración vital, la fase activa de la musculatura es en la inhalación, luego el aire sale porque la caja torácica se contrae, y lo hace por abandono muscular. Los músculos dejan de trabajar y todo vuelve a la posición inicial. Sin embargo, en una respiración en la que controlo la exhalación, impido que la musculatura deje de trabajar, no hay relajación y por tanto, perdemos la posibilidad de sentir la relajación que hay tras un suspiro.
No es cuestión de insistir mucho, si puede bien y si no, tras un par de intentos, pasamos a lo siguiente en la confianza.
Y hasta aquí el programa de hoy. Con lo largo que ha salido, mucho más es lo que se puede decir sobre la respiración, pero eso, si quieres, lo dejamos para otro día.
Y si quieres que trate algún tema, o necesitas preguntar, comentar o criticar, envíanos un mensaje; aquí tienes un botón de whatsapp y un formulario.
Muchas gracias por tus valoraciones; nos escuchamos en el próximo episodio.
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