Qué se siente al recibir una sesión de masaje facial japonés
Introducción
Hace unos días me alguien me preguntó: qué se siente al recibir una sesión de masaje facial japonés.
Tengo que decir al respecto dos cosas:
Una, que me encanta la pregunta.
Dos, que vaya preguntita, porque cuando se pregunta por qué se siente con lo que sea, hay que expresarlas con palabras.
Siempre he pensado que nada puede expresar una sensación cómo vivirla. Y que las palabras no son más que pálidos reflejos de la realidad.
Así que lo que voy a hacer es describir lo que se siente, usando, por lo general, palabras que me han ido diciendo, de un lado clientes, de otro lado, exalumnas que ya me han dicho lo que sus clientes dicen cuando lo sienten.
Pero creo que sería bueno hacerlo de forma ordenada, algo así como siguiendo los pasos del propio masaje.
También es verdad que hay que distinguir el masaje según es el objetivo.
A veces el masaje tiene que ser enérgico; otras veces muy sutil, dependiendo de qué queremos conseguir.
Hombros y cuello.
Al comenzar al masaje, iniciamos la liberación de hombros y cervicales. Son diversos tipos de técnicas:
- presión,
- movilización,
- amasamiento.
La idea no es necesariamente hacerlas todas, sino disponer de un repertorio bien amplio para conseguir ajustarse a las necesidades e incluso el gusto de cada persona. Siempre habrá quienes no se sientan cómodas con los amasamientos o las movilizaciones o lo que sea, con lo cual podemos usar otro tipo de técnicas.
Estratégicamente, lo que se busca es una buena soltura del cuello. Así se permite una facilidad mayor para relajar los músculos faciales. Además, un músculo relajado permite una más eficaz nutrición del tejido facial, además, de una mejor limpieza.
En un masaje, es básico ganarse la confianza de la persona, cuando más agradablemente se sienta, más podrá confiar en la persona que la trata.
Estaremos trabajando siempre bajo el principio de agradabilidad, con lo cual se logra una mayor relajación.
Poco a poco la persona irá sintiendo cómo las corazas musculares se van soltando. El cuánto depende de muchos factores, pero para quien no suele relajarse, sentirá una gran liberación como si se estuviera quitando una mochila llena de piedras de encima.
La estimulación de la piel.
La estimulación de la piel es algo sorprendente; en el caso de que la persona no esté ya roncando, se verá sorprendida con los rápidos movimientos, sentiré como si fueran mil dedos y varias manos las que tocan su rostro.
Las técnicas, enérgicas y rápidas, mezclándose con otras sutiles y lentas, irán alternando la estimulación del tejido facial con la sedación. Los pensamientos suelen empezar a ir más lentos
Soltura de los músculos faciales.
Intercalados con los movimientos de estimulación están los que trabajan la musculatura. Pueden tener distintos objetivos y por eso puede cambiar las sensaciones. La intensidad nunca será excesiva, puede ser mayor o menor, pero siempre será o deberá ser agradable. Tal vez sorprendente.
Estas técnicas buscan un equilibrio en el tono muscular, de modo que si falta tono, se tonificará, pero si hay exceso de tensión, tenderá a soltarse.
Cuando alguien sufre de bruxismo, lo normal es que sienta una cierta liberación de la mandíbula. Eso ya es algo muy importante para quien apenas puede controlar la tensión que provoca un desgaste continuo de sus dientes.
Liberando la frente.
En la frente se acumula mucha tensión, aunque a menudo no somos conscientes de ello. Cuando se suma la tensión de los músculos de la frente y los suboccipitales, suelen ser frecuentes los dolores de cabeza.
Al liberar ambas zonas, es común que el dolor de cabeza disminuye o desaparezca.
La digitopresión
Cuando la gente me pregunta por el tercer nivel, en el que se trabaja la digitopresión, prometo borrachera. Y lo digo así.
Trabajamos con tranquilidad, despacio, con tiempo; usamos los tsubos del rostro y los meridianos.
En el hipotético caso de que la persona de la camilla tuviera aún conciencia, pensaría: ya está, ya no puede ser relajarse más… y de pronto entra en acción la digitopresión. Es como si tu cuerpo se deshiciera como un terrón de azúcar. Incluso te sientes tan ligero que es como si flotaras en el aire. Y te verás en un oasis en donde todo desaparece. No hay antes, ni después, sólo una intensa sensación de placidez.
El drenaje facial.
El drenaje no está pensado para relajar; está ideado para conseguir que el rostro se limpie internamente. No obstante, su procedimiento tan sutil, tan lento, tan concentrado, logra un efecto sedante maravilloso.
La finalización.
Hemos logrado un grado increíble de relajación. Otra de las cosas que es importante, es saber que la relajación no es un estado, sino un proceso. Es por ello que al principio, cuando una persona empieza a sentirla, es como abrir una puerta a un increíble universo de sensaciones. Sólo es cosa de que cada persona lo vaya recorriendo, descubriendo que la relajación es progresiva, que cuanto más la practique, más fácilmente podrá relajarse por sí misma, porque una vez que se experimenta, ya se sabe hacia dónde caminar.
Finalización
Y hasta aquí el programa de esta semana.
Espero que te haya servido y haya sido interesante.
La semana que viene, un nuevo episodio, en el que abordaremos otro tema muy interesante.
Muchas gracias por la escucha, por tus valoraciones, y recuerda que puedes mandar tus sugerencias, preguntas o comentarios a info@kaobido.com
Y, si quieres formarte en el masaje facial japonés, recuerda que somos kaobido, escuela de masaje facial japonés, desde el año 2011 formando exclusivamente en el masaje facial japonés.
Un fuerte abrazo y hasta la semana que viene.
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