Lo que pasa en un curso (de nivel 1)
Introducción
En el último curso en Barcelona, dado que el viaje es largo, me dediqué a publicar en Instagram algo sobre el curso. Y pensé en contar lo que ocurre en un curso; pero, claro, resultó algo bastante superficial, así que me propuse llevar el tema a este podcast.
A fin de cuentas, un curso está lleno de caminos y metas intermedias, que desembocan en el momento en que se entrega el diploma, resultando un proceso que tal vez te interese.
La convocatoria
El curso nace justo cuando se realiza la convocatoria.
Fijamos la fecha y cuando se publica ya no se mueva, salvo por algún tipo de necesidad muy, muy importante.
Y se publica en todos los lugares disponibles, a fin de cuentas, queremos que quien desee formarse en este masaje, se entere, para que nos tenga en cuenta.
La primera persona contacta
Es una curiosidad que cuando una persona contacta (y reserva su plaza), suelen venir tras ella las demás; la primera se resiste, pero luego viene todo rodado.
Pero es el momento de las dudas, de plantearlas, de preguntar. Suelen pedirme disculpas por ello, ante la sensación de ser pesados. Sin embargo, yo pienso que es normal querer aclarar cualquier duda. A fin de cuentas, una formación es una inversión.
La inversión
Y, sí, inversión de dinero. A unos les resulta mucho, a otros, no; pero lo común es que deseen saber si el curso les valdrá, que si aprenderán, que si el masaje es bueno (si no lo conocen de primera mano.
Me llama la atención que todos hablan del dinero, que al pagar, gastas. Pero el dinero, en realidad es un flujo que va y vuelve. Por eso me gusta fijarme en el tiempo, el único caudal que tenemos y no recuperamos jamás, de ahí que le conceda una importancia capital.
Grupo lleno y el día previo
Cuando el curso se realiza lejos, toca viaje. Me gusta, si es posible, ver el espacio en donde se hace el curso. No me gusta encontrarme con problemas en los minutos previos al inicio. Todo debe estar preparado. E incluso «respirar» el aire del curso por venir.
Nuevas personas, nuevos retos
Tras más de 10 años impartiendo la misma formación, con más de 1200 personas formadas, cada curso es una nueva aventura. Y, como cada nueva aventura, siempre me inquietan las mismas cosas.
La base sobre la que se sustenta mi método de formación es el humor; procuro que el ambiente sea distendido: siempre digo que aunque trabajemos seriamente, nada nos impide hacerlo sonriendo y pasándolo bien.
No soy afecto al sufrimiento, procuro trabajar a gusto, y hacer que se trabaje a gusto. A fin de cuentas, me dedico al bienestar. No tendría sentido hablar de proporcionar bienestar generando malestar en las personas que están aprendiendo.
Las dificultades
Pero, cuidado, no quiero que te llames a engaño. Hay que trabajar; se hace con atención, con dedicación y eso pasa factura: al finalizar el curso, se siente cansancio.
Y por el camino aparecen problemas de muy distinta índole. Y ahí estoy yo: a tu lado para que aprendas, para que venzas tus dificultades y vayas descubriendo tus fortalezas.
Las dificultades pueden ser de muy diversa índole, pero debemos estar atentos para vencerlas y en mi caso identificarlas. Algunas son evidentes, otras no tanto.
Y todo para que aprendas.
El final
Hasta que llegamos al final, el momento en que se produce la relajación mental, y brota la sonrisa. Esa sonrisa es para mí, como profesor, como el aplauso al actor tras una función, y provoca en mi también otra sonrisa. El momento en que se entrega el diploma.
Recuerda que puedes hacernos llegar tus impresiones, tus valoraciones, tus preguntas y sugerencias. Y si estás pensando en aprender el Masaje Facial Japonés, espero que nos elijas como tu escuela.
Gracias por tu tiempo (ya sabes cuánto lo valoro).
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