Haz bien, te sentirás mejor
Introducción.
Cuando nos permitieron salir a dar paseos, me refiero al confinamiento durante la pandemia, en una de mis caminatas me encontré con una pintada que me emocionó.
No sé si es que estaba un poco sensiblón por aquello de poder pasear por fin o es que esas cosas me emocionan. Y, claro, me llamó tanto la atención que le hice una foto.
Era bastante pequeña la pintada, y estaba junto a la puerta creo que de un contador de luz o algo así. Y decía:
Haz bien, te sentirás mejor.
Aquello me impactó.
Te digo que no me gustan las pintadas, ni los grafitis, cosas mías. Pero pensé: que mensajes o recordatorios como ese, sí que merece la pena estar por las paredes.
Le hice una foto con el móvil. Y esa foto la he utilizado en varias ocasiones para publicaciones y, en fin, recordar su mensaje.
Y, si bien cuando algo o alguien me inspira para elegir el tema de la semana en el podcast, te confieso que no tengo la más remota idea de por qué justo ahora me viene a la mente este mensaje y, por tanto, este episodio, que es el nº 21. Me vas a perdonar que lo diga a boca llena y con cierta vehemencia:
Haz bien, te sentirás mejor.
Una de las razones de por qué me impactó es porque yo pienso igual, que el hecho de sentir que eres de ayuda a alguien te hace sentir mejor. Al menos así me ocurre así.
Y de ahí que sea tan pródigo en sonrisas. Si digo que soy un tipo feliz, igual peco de petulante, o de narcisista o algo así. Lo cierto es que suelo estar de buen humor y que sonrío mucho (aunque nunca es demasiado, ¿verdad?).
Y hablando sobre las sonrisas, te recuerdo que tengo un programa sobre la sonrisas, te dejo el enlace aquí al programa en el que hablo de la sonrisa.
Bien, ¿por dónde iba? Ah, sí.
Tiempo de revoluciones
Fíjate que siempre pensé que la gran revolución no viene por eso que llaman las luchas, ni cosas así, sino con una simple y modesta sonrisa.
el poder de los pequeños gestos: dar los buenos días, dar las gracias, pedir las cosas por favor. Tal vez yo sea ya muy antiguo, pero las relaciones tanto con los conocidos y familiares como con los no conocidos, debe ser bajo el prisma del respeto y la amabilidad.
Respeto
Me gustan las palabras. Y muchas veces me provocan curiosidad saber de dónde vienen
Respeto viene del latín respectus, que, a su vez, viene de respicere.
Una vez leí en algún lado que respicere significa escuchar. Aunque de forma más precisa significa
mirar atrás, dirigir reiteradamente la mirada o la atención, no perder de vista a uno y tenerlo en especial consideración
No sé si especial atención, pero al menos sí que es verdad que todos merecemos atención.
Cuando una persona se siente transparente, porque carece de atención por parte de los demás, eso es terrible.
Sentirse sólo rodeado de gente.
Amable
Hay otra palabra que me encanta, que creo que viene al caso. Se trata de la palabra amable.
Y su significado es maravilloso: digno de ser amado.
Pero date cuenta de que hacer cosas “amables” es lo que te hace una persona amable, una persona digna de ser amada. Es una consideración que uno se gana gracias a sus propios actos.
Sinceramente pienso que si todos fuéramos amables y usáramos el respeto, cuántas cosas nos evitaríamos.
Masajes y hacer el bien
Llegados a este punto, ¿estoy queriendo decir que solo los masajistas hacen el bien? Porque a estas alturas ya sabéis que cada tema al final lo relaciono con el masaje facial japonés o al menos con los masajes.
Por supuesto que no.
Hacer el bien es llamar a alguien por su nombre, dar los buenos días, hacer bien tu trabajo, ayudar a alguien que lo necesite (sin buscar nada a cambio), y por supuesto dar las gracias si alguien te ayuda en algo.
Lo que pasa es que los masajistas, cuando logran rebajar las tensiones o consiguen el propósito de sus clientes, hacen el bien. Es posible que ni sean del todo conscientes, pero lo hacen. Porque ayudan a personas a sentirse mejor. Eso también ocurre con las esteticistas, porque las caritas de satisfacción son una verdadera maravilla.
Y, claro, cuando ves que a alguien se le dibuja una sonrisa al hacer tu trabajo o le has ayudado, es como un boomerang, te vuelve y te llena de alegría.
Es que yo creo que debería ser casi por egoísmo: si te quieres sentir mejor, haz el bien a la gente que tienes alrededor.
Reflexivo
Como ves, hoy estoy un poco reflexivo. Tal vez sea que hoy es un día gris, lluvioso y a todos les entra un poco de melancolía cuando el cielo está gris y nos falta una pequeña dosis de sonrisa.
Y voy a cambiar totalmente de tercio.
Quiero que te quedes con la copla de hacer el bien. Pero no necesariamente dando masajes o aprendiéndolos para hacerlo.
Peeeeero, resulta que acabamos de abrir las puertas del Aula Virtual de Masaje Facial Japonés, y que ya puedes conseguir tu sitio.
Recuerda que es un curso online, pero con acompañamiento, estaré a tu lado siempre que lo necesites para avanzar y cumplir tu sueño de hacer el masaje facial japonés y sentir cómo de tu mano brota la magia que tienes, aunque tal vez aún no lo sepas.
Sólo son cinco plazas. Bueno, ya no son cinco, pero aún puedes entrar. Y si sigues este enlace, puedes tener la información de la formación o directamente, inscribirte.
Y ya nada más, sólo agradecerte que hayas escuchado este programa y recordarte que si te suscribes y valoras con todas las estrellas posibles el episodio, estaré muy contento. Querrá decir que lo he hecho bien.
Ah, y si quieres hacer alguna pregunta, sugerencia o lo que sea, estoy en kaobido.com
Nos escuchamos en el próximo episodio.
No olvides hacer el bien, te sentirás mejor. Seguro.
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